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Aquel recuerdo, aquellas palabras y formas, que se reflejan como imágenes en nuestra mente, son como susurros breves que recorren nuestro ser, las ilusiones se quejan, el absurdo permanece.
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jueves, 14 de abril de 2011

El concepto de espacio marítimo, El "Mar Tenebroso"

Una veta importante para el análisis, es la imagen del mar que poseían los conquistadores en la época de las exploraciones marítimas. ¿Cuál era la mentalidad que tenían estos navegantes a fines del siglo XV y principios del siglo  XVI?
El océano Atlántico era visto, según Céspedes del Castillo, como un "Mar Tenebroso" por varias razones. Primero, los constantes naufragios a los cuales las naves en la Antiguedad estaban expuestos, las corrientes y fuertes vientos que debían resistir, en general, las inclemencias marítimas eran exacerbadas por los navegantes, por lo que el Mar era difícil de navegar debido a su carácter bravo y tempestuoso. El mito de las columnas de Hércules explica el temor de los navegantes para aventurarse mar adentro. El héroe habría vencido una serie de criaturas abominables, el testimonio de tal hazaña era que el estrecho de Gibraltar estaba vigilado por las Columnas de Hércules. Los mitos ensalzan aún más las proezas de los hombres de mar cada vez que lograban algún acometido. El mar era visto como un obstáculo, que sólo grandes hombres podían doblegar.
El segundo argumento que este autor destaca frente a la imagen de "Mar Tenebroso" es el surgimiento de la religión católica y su hegemonía cultural. Los mapas eran creados en función de la fe católica.
     En: http://www.nerosumi.com/er/109.html

"Los mapas y representaciones cartográficas de la época incluían el cielo, el infierno y el paraíso terrenal. Eran conocidos como "T y O". La "O" era la circunferencia que envolvía todo el mapa que representaba la tierra y la "T" representaba los tres ríos que salían del paraíso terrenal, dividiendo a la tierra en los tres continentes conocidos: Europa, Asia y Africa. Esos mapas fueron creados por Isidoro de Sevilla en el siglo VII, pero sólo se conocen copias posteriores, con mucha simbología añadida según iban pasando los años" Disponible en: http://www.nerosumi.com/er/109.html
 Por lo tanto, el "Mar Tenebroso" era la concepción de frontera entre el mundo terrenal, el edén y el infierno. El concepto de trinidad, estaba influienciada por la creencia religiosa católica del equilibrio divino. El mundo terrenal lo conformaban los tres continentes conocidos, el infierno se encontraba donde el sol se escondía y siguiendo esta lógica, estaba donde ardían los condenados. A su vez, en este mar desconocido se encontraba el edén. Muchas personas creían en la existencia del paraíso terrenal. 
Según Céspedes del Castillo "El Mundo Imaginario de la Antiguedad, extraordinariamente variado y rico, creó una geografía también imaginaria que, con el tiempo, tendería más a crecer que a extinguirse. La fantasía, como es de esperar en la naturaleza humana fue siempre por delante de los hechos; todas las civilizaciones arcaicas forjaron leyendas sobre quiméricos viajes llevados a cabo por personajes míticos o mitificados y, en ocasiones, por personas reales que nunca los emprendieron."

Bibliografía
Céspedes del Castillo, Exploración del Atlántico, Ed. Mapfre, 1992.
Juan Gil, Mitos y Utopías del descubrimiento, I Colón y su tiempo, Ed. Alianza, 1992.
Recurso Web: http://www.nerosumi.com/er/109.html

lunes, 11 de abril de 2011

Tiempo de Conquistadores, entre la cotidianidad y el mito.

"-Fray Nicolás de Ovando, comendador de Lares, que en realidad no era fraile sino freyre, como todos los miembros de las órdenes militares, era un extremeño comedor de bellotas, más duro que el pedernal y más terco que una mula, que no estaba dispuesto a que el Almirante le jugara una mala pasada tal como le había ocurrido al cretino de Bobadilla.
-La anciana Catalina Barrancas chapoteó en la bañera salpicando a su hija con unas gotas de agua antes de añadir-: se lo tomó con calma, y si no recuerdo mal, tardó dos días en enviar un mensajero a bordo señalando que las naves tenían una semana para concluir sus reparaciones, y que se permitiría desembarcar únicamente a aquellos enfermos que según su médico personal no estuvieran en condiciones de continuar viaje. Hay quien asegura que entre los que se quedaron en tierra se encontraba Francisco Pizarro, aunque otros están convencidos de que había llegado con la expedición del propio Ovando.
-¿Y nunca se lo preguntaste mientras trabajó en la taberna?
-Preguntarle algo a Pizarro era como preguntárselo a la lámpara, querida. Y si como cuentan se vio obligado a desembarcar porque estaba aquejado de diarrea, es lógico que no quisiera hablar de ello. Los hombres son muy suyos a la hora de tener que reconocer sus debilidades, y no cabe duda de que andar cagándote patas abajo es una debilidad de tres pares de cojones.
-¡Ya empezamos...!
-¡De acuerdo! Dejemos en paz el culo de Pizarro y volvamos a lo que importa...-La tabernera metió la mano en el agua para comenzar a abrirla y cerrarla de forma que un chorrito se elevara trazando un amplio círculo-. Recuerdo que al otro lado del río, justo en el recodo, se encontraban las naves de Colón, y en el centro la flota que al día siguiente partiría rumbo a España. Por lo visto, a última hora de la tarde el Almirante envió un mensajero al Alcázar con el fin de que advirtieran a Ovando que ningún barco debería salir a la mar, puesto que aunque estuviera en aparente calma y no soplara viento se aproximaba una terrible tormenta.
-¿Y él cómo lo sabía?
-¿Y cómo quieres que yo lo sepa, querida? El Almirante era el mejor marino que nunca ha existido, y quienes navegaron con él juran que le bastaba con olfatear el aire para saber qué tiempo iba a hacer."

Alberto Vázquez-Figueroa, Tiempo de Conquistadores, Ed. De Bolsillo, Barcelona, 2001,  pp. 113-114.

El extracto que sustraje es de una novela ambientada en la América del siglo XVI, a grandes rasgos se trata de los sucesos que le ocurren a una española llegada al Caribe en tiempos de la conquista, Catalina Barrancas es la protagonista, en conjunto con su marido, Justino. Ella conoce a los personajes que ya todos conocemos, los conquistadores, en una Taberna llamada los Cuatro Vientos.  La cotidianidad de este relato, muy bien logrado por lo demás, nos transporta a estos tiempos que a veces nos parecen remotos, pero que sin embargo nos hace pensar, en cómo nosotros hubiésemos actuado bajo tales circunstancias. La mitificación del pasado y de los grandes personajes es algo que como historiadores debemos procurar evitar.  Preguntas al leer este estracto se hacen evidentes, ¿Quiénes eran las personas que venían al Nuevo Mundo? ¿Cuál era su mentalidad? ¿Qué las impulsó a dejar sus tierras y comenzar una vida en lugares desconocidos?
El ejercicio de la comprensión y el análisis del pasado dejando de lado los prejuicios de nuestro tiempo parece ser una meta difícil. El ejercicio de repensar la historia, es algo enriquecedor para nuestras mentes inquietas. La discusión entonces, respecto a este relato, queda abierta para la formulación de nuevas preguntas.
Por último les dejo una Cita 
"Un hombre inteligente puede odiar su tiempo, pero de todas maneras sabe que pertenece a él irrevocablemente, sabe que no puede huir a su tiempo". Agamben